Este libro que venía escribiéndose desde diciembre 2019 se terminó de escribir desde una cama de hospital en junio del 2020, aquejado justamente de un Covid y una Leucemia que allí me descubrieron. Su escritura fue mi mejor terapia durante cinco meses de hospitalización y tratamiento, materializándose en un libro inspirado en los hechos que marcaron claramente los acontecimientos globales ese 2020 y cuyas externalidades vemos y veremos por mucho tiempo. Agradezco la confianza de MK ediciones y el esfuerzo puesto en sacar adelante este texto en sus ediciones física y digital.
AQUÍ, TRECE CITAS DEL LIBRO A MODO COMPARTIR SU CONTENIDO DEMOCRATICAMENTE:
- Las redes se llenan de información, titulares y contenidos mediáticos, unas plantean que la globalización pasa por una crisis terminal, otras como las sociedades se tornan localistas como mecanismo de defensa; claramente, un fenómeno llamado “globalización” es quien nos tiene hoy estancados y vulnerables. Un virus se exporto por todo el planeta y nos deja cautivos en nuestros hogares; vaya entonces, que mejor oportunidad para la élite de avanzar en su agenda del New World Order o Nuevo Orden Mundial.
- Un virus que rápidamente se globalizo y que produce síntomas similares a los de la gripe, entre los que se incluyen fiebre, tos seca, disnea, mialgia y fatiga y en casos graves se caracteriza por producir neumonía, síndrome de dificultad respiratoria aguda y choque séptico que conduce a cerca del 3,75 % de los infectados la muerte, ello, conforme a la información compartida por la OMS.
- La agenda de la élite ya fue puesta en marcha, a través de planes de control de la natalidad, expansión del aborto, apoyo a las iniciativas LGTBI y movimientos feministas, y naturalmente, quizás, también debemos sumar a los planes de la élite la presente pandemia en curso. Definida como un duro golpe y un cambio profundo a nuestros modelos societales. Y esto lo han dicho, desde Noam Chomsky, Nuccio Ordine y Francis Fukuyama, “la sociedad ya no será igual ni la misma”, incluso el obsesivo santón Bill Gates, ha compartido en sus intervenciones mediáticas que el mundo cambio para siempre.
- Ya estamos sumergidos en los símbolos de la nueva normalidad o del “Nuevo Mundo Feliz”, la mascarilla de uso obligatorio, los códigos QR en nuestros celulares para salir a comprar al supermercado o la farmacia de la esquina, en tanto, los círculos de distancia y la desconfianza del y con el otro se imponen. Y con el uso de las mascarillas es claro que no solo nos protegernos del contagio, también, nos han callado la boca como ciudadanos.
- Desde los fines de la Guerra Fría de parte de Estados Unidos bajo la administración de Ronald Reagan y Reino Unido bajo el mandato de Margaret Thatcher, el mundo casi por completo se volcó a las dinámicas de desarrollo inspiradas en la libertad económica y una aceleración del modelo productivo hacia los mercados internacionales. La globalización como un todo pasó a imponerse mundialmente, y su ideología, el globalismo a poco se convirtió en el patrón defendido por una China Comunista en lo Político y Liberal en lo Económico.
- Esta relación de unos y otros que garantiza libre comercio, intercambio de valores, cultura y nuevos nichos de desarrollo opera a través de un conjunto de redes, donde bancos y grandes capitales controlan no solo los mercados, sino también amplían los espacios económicos y determinan nuestras formas de vestir, alimentarnos y entretenernos, dominando el relato de los medios de comunicación de masas y nos dan la información que consumimos, ello, desde Hong Kong a Oslo y desde New York a Tenerife; y el mundo entero se convierte en la frontera del capital. Asunto, entre comillas, pues también hay corporaciones y grandes empresarios que miran hoy la luna, asteroides y otros planetas como futuro escenario de negocios, pues, si la luna pudiera ser un gran anuncio, seguro, “diría Coca Cola o McDonald’s”.
- Recordemos que, de acuerdo a sitios de análisis e inteligencia en la internet profunda, cuya veracidad no avalo, pero tampoco cuestiono, Soros ha sido sindicado por la Dirección General de Seguridad Exterior (en francés: Direction générale de la sécurité extérieure) de no menos de un listado amplio de acciones de desestabilización: encabezar un plan para «islamizar» Europa; financiando el movimiento migratorio desde Siria y Medio Oriente; hacer lobby ante los gobiernos nacionales para eliminar las vallas en las fronteras de Europa; controlar en la sombra a líderes políticos e instituciones de Estados Unidos y Europa por medio de las reuniones Bilderberg; causar la crisis financiera asiática del año 1997; financiar la carava de migrantes centroamericanos del 2019; promover dos intentos de golpe en Guinea Ecuatorial; aportar a los movimientos independentistas en España, y la lista sigue.
- Sucesos como el ascenso de Hitler y la posterior Guerra Mundial, la desaparición del Bloque Soviético, la caída de las Torres Gemelas, la aparición del Fundamentalismo Islámico, la emergencia del Isis o Daesh, la difusión de Internet, las crisis económicas del 29, 70, 80, del 2008, etc. Las epidemias últimas desde el Ébola, Influenza subtipo H5N1 y claro el actual Coronavirus versión 2019, todos son sucesos que siguen la dinámica de un Cisne Negro.
- La teoría del Cisne Negro o teoría de los sucesos del Cisne Negro es una metáfora que describe un suceso sorpresivo (para el observador, léase nosotros), de gran impacto como modificador de circunstancias y contenidos históricos, obviamente el Covid es un evidente Cisne Negro, aunque su aparición podría a ver sido anunciada entre líneas por la élite bajo ciertos simbolismos.
- Trump está confrontado no solo un “Estado Profundo” sino también un “establishment” que aborrece, ambos fenómenos obedecen a poderes sombríos y más poderosos que el mismo presidente, se trata de actores públicos y privados funcionales a una élite que controlan el sistema económico y que acumulan enormes fortunas; grupos de poder que se ven reforzados por un sistema militar y de espionaje corrupto, mientras el presidente Trump intenta limpiar la alfombra y el subterráneo de su aparato estatal, el Estado Profundo y sus socios construyen una gran red de influencias en relación directa con las demandas del mundo de los negocios, las finanzas y en particular con la industria militar; cuya activación dependerá de los conflictos. Mientras más intervenciones militares, más ganancias, de ahí los intentos por sacar del juego a Trump que hasta hoy no ha declarado guerra ni invadido a ninguna nación, como si lo hizo su antecesor y “Premio Nobel de la Paz”. Biden quizás si se aventurará en una campaña militar directa o a través de un estado títere, pues sus intereses y relación con el Deep State, la industria militar y bancaria especulativa es clara, y ellos además están detrás de su campaña a la Casa Blanca, así el propio Trump lo ha denunciado.
- Después de la segunda guerra mundial se abre una gran reflexión y una toma de conciencia que el mundo debe unificar valores y economías; que la cooperación era sinónimo de paz y que el mundo dependía de una nueva lectura que supere las crisis históricas, económicas y políticas, en este punto, comienza a extenderse una filosofía globalista con fuertes influencias socioculturales, mismas, qué han caracterizado a la sociedad contemporánea, desde una sociedad postindustrial a una sociedad de la información. Y hoy presenciamos “la emergencia de cada vez mayor de una sociedad robotizada y en busca de la transhumanizacion”. Bien escribió el filósofo alemán Walter Benjamín que el hombre moderno estaba condenado a la novedad y por tanto a la discontinuidad.
- Anne Applebaum es notable historiadora norteamericana, muy leída en círculos académicos de Washington, ella nos advierte en una columna editorial publicada en The Atlantic y el periódico La Vanguardia de España por sobre los riesgos que afronta la democracia y que Occidente podría quedar atrás en el pódium del liderazgo mundial. “Estados Unidos y Europa pueden perder sus posiciones de liderazgo mundial si su gestión de la pandemia no es buena y los hechos están hablando por sí solos”, nos dice Applebaum, quien ha dedicado buena parte de su trayectoria a estudiar el convulso siglo XX de Europa del Este y la ex URSS.
- El ser humano es, ante todo, un ser biológico, somático y corporal, nos dice Foucault, cuya dependencia social está referida a su relación natural con sus pares. Para la articulación de la sociedad humana se ha de constituir un “principio regulador”, donde poder, fuerza y seguridad adquieren un rol determinante, Foucault nos planteaba que el marco social dominante y futuro seria determinado por la concepción de la biopolítica y que esta a su vez seria determinante en la evolución humana, naturalmente, los hechos que presenciamos ciertamente le dan razón. Somos testigos y protagonistas como este binomio de biología y política se hacen invasivamente presente en nuestro mundo, “donde pasamos de la normalidad a la nueva normalidad”.
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